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En Brasil se usa miel como combustible para vehículos

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Luiz Jordans, un apicultor de 46 años, utiliza la miel como etanol (alcohol etílico) desde hace tres años, con el fin de reutilizar la miel que le sobraba. Foto: Colprensa

En el futuro, la miel podría ser utilizada como combustible gracias al invento de un latinoamericano.

En el antiguo Egipto, en la Grecia clásica y en el Imperio Romano, la miel de las abejas era considerada un tesoro de alimentación y belleza. Más tarde, pasó a ser usada en todo el mundo para endulzar las comidas y, en el futuro, podría ser utilizada como combustible gracias a un brasileño.

Luiz Jordans, un apicultor de 46 años, utiliza la miel como etanol (alcohol etílico) desde hace tres años, cuando en su afán para aprovechar los litros de miel que le sobraban, decidió intentar producir «cachaza», el famoso aguardiente brasileño producido con caña de azúcar o aguardiente de miel.

Jordans, quien vive en el estado de Bahía (noreste de Brasil), contrató a una consultora en 2012 para saber qué hacer con la miel devuelta por los clientes, ya que siempre se mostró convencido de que podría tener alguna utilidad en lugar de ser descartada y tirada.

«La miel me la devuelven por pequeños defectos, como un embalaje que se rompió. Lanzar la miel en el medio ambiente es perjudicial para las propias abejas, porque pueden consumir el producto fermentado y morir debido a ello, lo que nos perjudicaría», explicó el apicultor.

La consultora le recomendó montar un pequeño laboratorio para hacer experimentos.

El lugar elegido fue su propio almacén, con una financiación de 185.000 reales (unos 146.000.000 millones de pesos colombianos) de la Fundación de Apoyo a la Investigación del Estado de Bahía (Fapesb, por sus siglas en portugués) para la compra del equipo que utilizó durante dos años de investigación.

«De las 10 toneladas de miel que produzco por mes, entre 10 y 100 kilos acaban descartados o me los devuelven. Siempre pensé que podrían ser aprovechados de alguna forma, así que los guardé y los fui acumulando en el mismo almacén en el que hacía los experimentos», comentó Jordans.

Señaló que la miel es fermentada dentro de un tanque de 250 litros, proceso que dura de cinco a 15 días.

«Posteriormente, se realiza una primera destilación del alcohol, durante 24 horas. De esta primera destilación se retira el alcohol apto para ser ingerido, aunque sobra un 30 por ciento. En lugar de descartarlo, quise encontrar otra utilidad para esta cantidad», agregó.

Tras analizar la composición del 30 por ciento de miel restante, Jordans descubrió que tenía una graduación del 80 por ciento de alcohol, por lo que se atrevió a probarlo como combustible, igual que se hace con el etanol de la caña de azúcar en Brasil.

«Lo puse en mi coche y funcionó, si bien no tiene la misma potencia que el etanol de la caña de azúcar. En las subidas y cuando aprieto un poco el acelerador, se nota la diferencia, aunque para circular por aquí, funciona perfectamente», mencionó.

Mientras que el etanol de la caña de azúcar consume un litro cada siete kilómetros recorridos, el de la miel gasta un litro cada cinco kilómetros.

Jordans se ha convertido en una celebridad en Bahía gracias a su descubrimiento, aunque explicó que «no tengo intención de producir etanol de miel a gran escala. Lo que produzco, unos 50 litros semanales, me sirve para desplazarme con mi coche y ahorrar un dinero en combustible», precisó.

Sin embargo, admitió que pretende patentar el uso de la miel como etanol, ya que todavía no existe registro de que se utilice de la misma forma en otro lugar.

«Estamos muy satisfechos con el descubrimiento que hizo, sobre todo porque fue después de haber terminado el contrato de dos años que teníamos con él. Tendrá nuestro apoyo si quiere patentar la idea», afirmó el director de Innovación de la Fabesp, Antonio Mahl.

Para poder comercializarse, el etanol de miel debe seguir bajo pruebas de laboratorio, ya que tiene una graduación de alcohol del 80 por ciento (el etanol de la caña de azúcar tiene 94,5 por ciento) y no cumple las normas de la estatal Agencia Nacional del Petróleo y Biocombustibles.

La miel que tiene le llega de sus propios colmenares y de 10 ciudades de Bahía, estado que con 3.500 toneladas anuales aporta el 9 por ciento de la producción brasileña de miel, según el estatal Instituto Brasileño de Geografía y Estadística.

A finales de mayo pasado, durante la huelga que miles de camioneros hicieron en Brasil y que dejó al país desabastecido entre otras cosas de combustible, Jordans circuló tranquilamente cada día por Vitória da Conquista, al utilizar su etanol de miel.

REVISTA TURBO / XINHUA

 

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