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Porsche 911: Carácter puro

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Probamos la octava generación del Porsche 911, un automóvil lleno de tecnología, eficiencia y deportividad.

Probamos la octava generación del Porsche 911, un automóvil lleno de tecnología, eficiencia y deportividad.

¿Cómo mejorar lo que de por sí es bueno? Porsche tiene la clave y en cada nueva generación del 911 mejora lo que parece perfecto. La clave es conservar el ADN, inyectarle más poder y hacer de su icónico modelo un auto aspiracional en cada nueva generación.

Manejamos el 911 (denominado internamente Serie 992) en la pista del autódromo Hermanos Rodríguez, donde hicimos varias pruebas dinámicas y luego un recorrido desde Ciudad de México hasta Puebla, y pudimos corroborar las virtudes que anunciaba la octava generación del deportivo más icónico de la marca de Stuttgart. 

El 911 fue presentado en el Salón de Los Ángeles de finales del año pasado, cuando sorprendió por retomar el diseño clásico de sus modelos iniciales para impregnarle modernidad, tecnología acorde con la exigencia mundial y mayores prestaciones mecánicas. Este deportivo de lujo tuvo su lanzamiento oficial en Colombia este 15 de mayo.

En este último aspecto, una vez más el 911 se convierte en referencia en el segmento de autos con carácter deportivo puro. Nos encontramos con la siguiente generación de motores bóxer turboalimentados de seis cilindros, con los que gana mayor potencia: 450 caballos (30 más que la generación anterior) para las versiones S.

Esto quiere decir que son 0,4 segundos más rápidos con respecto a sus antecesores y se puede reducir unas milésimas más (0,2 segundos) con el paquete opcional Sport Chrono. Las velocidades máximas son ahora de 308 km/h (911 Carrera S) y de 306 km/h para la variante de tracción total (Carrera 4S). El complemento es la transmisión de doble embrague (PDK) de ocho marchas, que influye notoriamente en su rendimiento.

En este proceso fue fundamental la eficiencia en el proceso de inyección y el rediseño de los turbocompresores y del sistema de refrigeración del aire de sobrealimentación. Así mismo, en el rendimiento también influye el uso de materiales más livianos como el aluminio, que contribuye de manera positiva en la reducción del peso total del auto.

 

INTERIOR TECNOLÓGICO

Aparte de los cambios estéticos, sutiles pero importantes, en el interior descubrimos mejoras más sobresalientes. El diseño de los inicios del 911 también se hace presente en la cabina, especialmente en la parte delantera, donde las líneas rectas horizontales dominan el tablero. Integrado al estilo se encuentra el cuadro de instrumentos, donde también se destaca el reloj del cuentarrevoluciones central, típico de Porsche. También hay dos pantallas sin marco que proporcionan información al conductor.

La pantalla central del PCM tiene 10,9 pulgadas y puede ser manejada con rapidez y sin distracciones gracias a su nueva arquitectura. Por debajo se sitúa un compacto grupo de interruptores con cinco botones para el acceso directo a las funciones importantes del vehículo.

Como los modelos de antaño, hay cinco relojes con funciones independientes, pero con la diferencia de que en el nuevo 911 son digitales.

La consola es limpia de botones y solo incluye los que trabajan con el sistema de climatización y el volumen del sistema de audio, entre otras. La palanca de cambios es pequeña y tiene la forma de un joystick by wire, acompañada de un botón donde se activa el sistema manual, que también se puede usar desde el timón con las paletas de cambio.

Su apariencia es más atlética y más ancha. En este sentido, el guardabarros ancho permite albergar los rines de 20 pulgadas adelante y 21 pulgadas atrás. Las manijas de las puertas son eléctricas y están alineadas e integradas con la carrocería para prevalecer el contorno suave del lateral. Entre los nuevos faros LED circulares (retoma el estilo del pasado) destaca el diseño del capó, con una caída pronunciada que también evoca las primeras generaciones del 911. La parte trasera es más ancha y de la misma medida para todas las versiones, dominada por un spoiler ajustable y una elegante línea continua de luces LED que conecta los faros.

El alerón retráctil es 45 % más grande y su medida abarca casi el ancho del vehículo. Aquí también encontramos detalles de diseño del pasado. Se ubicó una especie de parrilla de 9 piezas verticales dispuestas en los costados, sumadas a dos luces LED que se encienden al presionar el freno y, vistas desde atrás, forman el 9-11.

Revista Turbo

 

 

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