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Las cosas que debe tener en cuenta a la hora de comprar una moto usada

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El prospecto comprador de una motocicleta usada debe ser extremadamente cuidadoso y objetivo en el momento de seleccionar la moto de su interés. Foto: Colprensa

Son muchas las personas que han perdido sus ahorros y siguen como peatones por haber comprado motos usadas con problemas de documentación.

Por: álvaro Mejía

Por el hecho de no estar cobijada por la garantía de fábrica, tener varios kilómetros de recorrido encima y los riesgos que se corren al desconocer su procedencia, la tarea de comprar una motocicleta de segunda mano resulta mucho más compleja y delicada que la de adquirir una de estreno.

De acuerdo con lo anterior, el prospecto comprador de una motocicleta usada debe ser extremadamente cuidadoso y objetivo en el momento de seleccionar la moto de su interés, ya que son muchas las personas que han perdido sus ahorros y siguen como peatones por haber comprado motos usadas con problemas de documentación, motores ‘envenenados’ que duran pocos kilómetros y placas de identificación o números de motor adulterados, por ejemplo.

Por esta razón y para evitar ser engañado, el primer paso a dar en el proceso de compra es el de llevar la moto escogida a la Sijín, en donde la revisan para verificar que no tenga alteraciones en sus identificaciones originales o pendientes judiciales.

Ya dado este paso, y con el correspondiente ‘pasado judicial’ de la Sijín en mano, se debe proceder a gestionar otro vital certificado como es el de la ‘Historia Vehicular’, que se obtiene mediante un fácil e intuitivo proceso a través de la página del Runt. Una vez superados este par de filtros es hora de someter la moto a un pequeño pero exigente recorrido, para ver si vale la pena inspeccionar su estado mecánico.

Si pasa esta prueba, se debe buscar un amigo conocedor del tema, centro de servicio de la marca de la moto o taller reconocido para someter la dos ruedas a un peritaje mecánico profesional, el cual debe incluir las siguientes tareas:

Verificar la compresión del motor para constatar el estado de la máquina. Una opción más precisa y confiable para reemplazar la medición de compresión alterable con trucos es la de ‘inflar’ el motor. De esta forma, se puede conocer con exactitud si existe perdida de compresión por anillos en mal estado o desgaste de cilindros.

Detectar ruidos internos inusuales, como el sonido generado por una cadena de distribución desgastada y sin tensión o por una biela en mal estado, por ejemplo.

Inspeccionar los elementos del sistema de refrigeración (radiador, mangueras, etc.), que deben estar en buenas condiciones de uso.
n En caso de que tenga electro-ventilador verificar que se active de manera automática a los pocos minutos de tener la motocicleta parada con el motor en funcionamiento.

Comprobar el material de fricción en las pastillas o bandas y demás elementos del sistema de frenos.

Chequear los telescopios delanteros y amortiguadores traseros para comprobar que no existan fugas de aceite, golpes o ruidos al accionarlos.

Revisar las partes del ‘tren de arrastre’ (cadena, catalina y piñón principal), que no deben mostrar exceso de desgaste.

Activar y comprobar el funcionamiento de luces, testigos luminosos y demás elementos del sistema eléctrico.

Ya con el exámen mecánico cumplido a satisfacción, se deben verificar el Soat, tarjeta de propiedad y demás documentos de la moto.

Después de cumplir todos estos importantes y necesarios procesos, se puede proceder con tranquilidad y confianza a firmar el respectivo contrato de compra y venta, en donde deben quedar consignados los términos de negociación que deben incluir el porcentaje del valor de impuestos y trámites a cargo de cada una de las dos partes involucradas en el negocio.

COLPRENSA / EL PAÍS

 

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