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MECÁNICA

El parabrisas inteligente, revolución en el futuro del automóvil

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Pronto el vidrio panorámico será una gran pantalla de mando y entretenimiento

Tecnologías como la opacidad variable, realidad aumentada y gráficos 3D, permitirán navegar por internet, chatear y ver más allá de nuestros ojos.

El mundo ha sufrido una transformación digital en las dos últimas décadas y los adelantos en la materia buscan que el automóvil proporcione los mismos niveles de tecnología intuitiva y conectividad que ofrece un smartphone.

A esta tendencia se une el avance de la conducción automatizada, que progresivamente irá relevando al conductor de la función de conducir y le permitirá centrar su atención en otras cosas mientras circula. Y van a ser muchas horas para consumir contenidos, teletrabajo, chatear o realizar otras tareas.

El parabrisas, el nuevo protagonista

El modelo de negocio de la industria del automóvil va a cambiar por completo y el parabrisas va a convertirse en la parte más importante de un auto. Serán pantallas inteligentes capaces de hacer de todo, desde calcular la velocidad, a ofrecer realidad aumentada o controlar los sistemas de entretenimiento.

Pero no solo el panorámico en único protagonista, las ventanillas laterales traseras también serán usadas como pantallas de información y entretenimiento para los pasajeros traseros.

Pantalla multimedia

Los parabrisas inteligentes se convertirán en zonas de entretenimiento y comunicación a medida que los autos se vayan haciendo cada vez más autónomos. Liberados de la necesidad de concentrarse en la carretera, los automovilistas podrán sentarse y relajarse cuando viajen en un automóvil.

En el desarrollo de un auto autónomo, al principio a velocidades bajas o en el tráfico pesado, el conductor podrá hacer varias cosas usando el parabrisas, que también podría convertirse en una especie de cine virtual en movimiento.

Tecnologías en desarrollo

En el camino hacia al auto autónomo, los nuevos parabrisas tendrán opacidad variable, para ser completamente traslúcido cuando haya que conducir o se quiera ver el paisaje, y opaco cuando se quiera ver una película.

Otra línea de desarrollo son los gráficos en tres dimensiones proyectados en el parabrisas, se ofrecerán nuevas experiencias de inmersión con juegos y películas; así como para la interacción con otras personas.

Las marcas de automóviles y los fabricantes de pantallas también están trabajando en parabrisas que permiten integrar elementos digitales que complementan la realidad que vemos a través de nuestros ojos.

Esta realidad aumentada permite desplegar delante de los ojos del conductor un mundo de señales, alertas e indicaciones de forma natural. Y también “completar” lo que vemos con información relevante, bien para la seguridad en la conducción o para ofrecer entretenimiento.

Estos sistemas podrían advertir potenciales peligros, pero también, por ejemplo, en una visita turística, podrían destacar los monumentos relevantes o cambiar su aspecto para ser vistos en su estado original.

Un futuro de ciencia ficción

Imagínense esta escena en un futuro cercano. En una soleada mañana de julio de 2025, Luis se acomoda en el asiento delantero de su automóvil. «Arranque», dice a través de un mando de voz, y su auto eléctrico cobra vida. Automáticamente el cristal de las ventanillas traseras se oscurece para evitar el deslumbramiento y mantener fresco el interior.

Las pantallas de realidad aumentada aparecen en el parabrisas. El auto se comunica en línea con cientos de vehículos y recibe información a través de la nube. Al pronunciar el destino, aparecen flechas de indicación proyectadas en el vidrio. A un kilómetro de distancia, un peatón empieza a cruzar la carretera. Los sensores de seguimiento ocular en el parabrisas advierten que Luis no la ha visto.

Un icono de advertencia parpadea en la pantalla y el auto aplica los frenos suavemente, mientras otro conjunto de sensores comprueba rápidamente su pulso y los niveles de adrenalina para asegurarse de que no está demasiado estresado y, por lo tanto, sugiere un tiempo de recuperación.

En 20 minutos, Luis se incorpora a la autopista, y el control de crucero autónomo de su auto toma el control, permitiéndole relajarse los siguientes 50 km. Sin necesidad de vigilar la carretera, pide algo de entretenimiento. Su parabrisas se oscurece y aparece en él su programa favorito, que se interrumpe por una videollamada de su esposa.

Así las cosas, entraremos en la era de los parabrisas inteligentes, un futuro que surgirá en los próximos diez años para revolucionar la conducción.

REVISTA TURBO

 

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